Haber visto la aurora boreal representa tachar una cosa más en la lista, un recuerdo implacable más, un impacto realmente profundo. Mejor aún porque la ví sin querer, se apareció ahí de pronto... desde la ventana de un avión en la enormidad nocturna me tomó por sorpresa, sin pasar fríos bajo cero. Esa franja ondeante verde brillante enmedio de la nada rodeada de estrellas y una luna en forma de sonrisa gigante fue simplemente de las cosas más increíbles que he visto en la vida... por inusual, por dificil de encontrar, por hermosa, por natural.
Algun lugar cerca del Polo Norte,
Febrero 2010
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