10.11.10

Neuschwanstein


Hace algún tiempo solía ver en el lugar que trabajaba una foto enorme de un castillo que parecía por completo irreal. Esa foto me hizo fantasear un tiempo. Un día tomé un tren hasta él.



Con Lea...mi maestra de alemán.
Llegando a los alpes bávaros al atardecer


Fussen es la última parada y el pueblito desde donde se puede llegar a Schwangau...
Loraine Fong, mi alma gemela por un día, me dio todas las instrucciones posibles para llegar al castillo y de regreso. También compartimos el cuarto en el hostal y hablamos por horas y horas en vez de dormir... fue de esas personas que parece que ya conociste antes, además había tonterías que nos "unían" como tener la misma cámara, el mismo ringtone en el celular jaja y ser las únicas en el cuarto número 11 para seis personas...

Estoy esperando mi tren en la terminal de Fussen!!! (favor de leer en tono Tri)
no...no quedé debajo de él...no teman.
Así luce Fussen con su arquitectura típicamente bávara que es linda y colorida




Pasamos por un pretzel gigante para el pic nic
Camino a Schwangau, el pueblito donde se encuentran los castillos
y que se ve así...


La primera parada fue en el castillo Hohenschwangau, que solía ser la casa de verano de la familia real. Por cierto que "schwan" significa "cisne" en alemán así que es como meterse a la tierra de los cisnes...están por todas partes!










Para llegar al castillo Neuschwanstein hay que caminar montaña arriba unos 40 minutos
Y ahí está. No se pueden tomar fotografías en el interior, sólo por las ventanas, ni modo! para eso existen los libros ja



La vista desde uno de los balcones principales
Foto clandestina




La cocina, en el sótano, es la única sala que se puede fotografiar...veamos...




El mapa en el bosque... me dirigía al Marienbrucke (o sea, el Puente de María) que no sólo es viejo (data de 1866) sino que es todo de madera y se ve bien frágil... mucha gente no se atreve a cruzarlo pero si aguanta!








Adentrándome en el bosque....

De Neuschwanstein muchísimas cosas interesantes podrían decirse como que fue el capricho romántico de un rey loco, Luis II, que se inspiró en la música de Wagner para el diseño interior, que hay varios miles de cisnes en forma de pintura, escultura, tapiz, etc. dentro del castillo, que es extravagante y casi teatral, que Luis II sólo lo habitó 172 días a pesar de que tardó años en construirlo y que por un tiempo trajo la ruina económica al reino de Baviera gracias a sus caprichitos pero hoy en día es una de las atracciones turísticas más visitadas de Alemania y trae muchos ingresos a la región....

Es, en una palabra, fantástico. El rey loco me enseñó que las fantasías sí se hacen realidad...
Y me regresé en bicicleta a Fussen. Alemania es el país de las bicicletas, cuentan con toda la infraestructura hasta en los pueblos más pequeños así que no te atropellan.
El paisaje me hizo sentir como toda una Blanca Nieves, hasta me hice amiga de unas vaquitas (unas que sí son felices, no como las de Alpura), hablé con las aves, pedí deseos a los conejos y monté un venado alrededor de la pradera. Otro de esos días francamente felices....





Fussen, Alemania
Septiembre 2010