Museum of Contemporary Art.
La ciudad estaba invadida por esa publicidad que consiste en colgar banderas en postes. Tal publicidad ostentaba la foto de una japonesa que parecía trasvesti con peluca rosa: Yayoi Kusama: Mirrored Years. Todo muy rosa. Llamaba la atención definitivamente.
La entrada es gratuita, tal como me gusta. Esa tarde llovía así que era perfecto meterse a un museo. En la entrada están haciendo un mural enorme de carboncillo... hasta ese momento parece una mujer en un café de una ciudad como Sydney. Es blanco y negro. Subí las escaleras.
Lo primero que me llama la atención es un cuarto rojo, en una pared está la foto de Kusama cuando era niña, foto sepia como de 1939; en otra pared dice: "Kusama is not influenced by any artists, Kusama is always Kusama". La oración se me quedó grabada creo que por siempre. En esta pequeña sala hay mesas y bancos incómodos para sentarse a ver/leer libros de la artista encadenados a la mesa... libros prisioneros o fugitivos, gente ladrona o que gusta de sacar a pasear libros.
No me detuve mucho. Salí de la sala. Siguiente saturación visual: puntos puntos puntos por todas partes. Esculturas como cojines en formas fálicas saliendo como del piso, figuras rojas con puntos negros de varios tamaños, daban ganas de caminar entre los falos linguales almohadosos. Al fondo una pared dividida en cuadros, cada cuadro con estas mismas cosas que parecían almohadas pero como si les hubieran dado puñetazos, amarillo con puntos negros, un gran letrero de no tocar. Es que sí daban ganas de tocar o de acostarse sobre esas cosas.
A la izquiera una fila de gente esperando por pasar a través de una puerta cerrada vigilada por un tipo parado con la barbilla en lo alto y moviendo los ojos en todas direcciones. En un momento tuvo la oportunidad de gritar desde ahi hacia donde estaban las cosas almohadosas "no pictures!!" con un tono de autoridad y con gran orgullo de sí mismo por estar alerta en todo momento y reprimir gente. Por fin me toca cruzar la puerta junto con otras tres personas. El cuarto era pequeño todo lleno de espejos, en el suelo estas esculturas esponjosas pero esta vez blancas con puntos rojos reflejo del reflejo y todo era una cama de puntos infinita. daban ganas de brincar encima pero el tipo de afuera tendría otra oportunidad y yo tendría que salirme del museo seguramente. Mejor me aguanté.
Desde ese momento supe que vería muchos puntos y así fue. Vi puntos rosas, puntos plateados, puntos blancos y puntos azules, verdes, anaranjados y amarillos . Las tres cosas que más me gustaron:
1. un cuarto enorme pintado de negro. enormes globos de vinil de formas irregulares y pintados de negro con blanco en el piso y colgando del techo, al fondo una enorme pintura rectangular de puntos fucsias.
2. una sala y un comedor, tele, librero, vitrina y todo lo demás. todo oscuro y totalmente cubierto de estampitas en forma de puntos de colores fosforescentes que brillaban con luz neon.
3. otro cuarto de espejos pero esta vez lleno de lucecitas rojas, azules y amarillas que colgaban del techo y se reflejaban infinitamente. infinite universe.
Pero es un poco díficil de describir ya que todo radica en la manera en que estas repeticiones modulares y el espacio te hacen sentir. Aqui, mejor, algunas fotos que no tomé yo porque el tipo que cuidaba la puerta me iba a gritar desde ahí que "no pictures".
los espejos infinitos
cuarto con cosas gigantes
las lucecitas
los puntos fosforescentes
El mensaje de Kusama es Love Forever. Sí me hizo sentir cosas.
Sydney, Australia
Marzo 2009
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