Hay ciertos aspectos de las ciudades que ningún libro o fotografía podría describir o plasmar. Ese algo vivo que yace debajo de la arquitectura, las costumbres, la historia, el clima, la gente... o es más bien la conjunción particular que resulta de la mezcla de todos esos factores. Es una especie de espíritu que flota en el ambiente de un lugar... es algo que sólo se puede sentir si uno decide exponerse a su increíble fuerza y vibrar con ella.
Hoy me encuentro en San Francisco. Unos días antes de venir me encontré con este video de Simon Christen. Ayer, en mi camino a través del Golden Gate Bridge viví de cerca el fenómeno de la neblina en la ciudad: es una franja que cruza constantemente las colinas y el mar, que esconde el puente y los barcos debajo de él en un fantasmagórico paisaje y manifiesta el dinamismo interminable de esta ciudad. Como, literalmente, un espíritu ocupándolo todo...