Un concierto... un concierto... un concierto... algo que me diera una dosis de euforia musical de la que genera brincoteo, manoteo y canto con la más explosiva energía, algo que pusiera mi cerebro de nuevo frente a la emoción de ver en vivo a una de esas bandas cuyas rolas te traen algún recuerdo chido o nostálgico...
De pronto encontré NME awards presents The Cure @ the O2 arena.
mmmm.... y si voy??
Ps por qué no!!
Ñáñaras totales.
De pronto que me llega el mensaje esperado, básicamente decía que esa persona haría mi trabajo por mí y como siempre es chido que alguien haga tu trabajo por ti adoré a la chica que se aceptó hacerlo... claro que a cambio yo haría el suyo jajaja. Entre 11 mil tuvo que ser Amanda, una canadiense de ojos azules enormes y pestañas kilométricas a la que recordé que ya había visto en vivo. Ya no tenía compromisos. Ahora el problema era que después del concierto apenas si tendría tiempo de llegar a tiempo a hacer el trabajo de Amanda.... Pero confío en la sincronía.
Empacar, agarrar papeles, dejar recados, cerrar las ventanas, dejar todo listo para la acción en cuanto volviera (de otro modo iba a terminar metida en un pedo de todos modos), dejar un desastre de demonio de tazmania por donde quiera que pasase y luego con lo forever que soy todavía me fui a despedir de mis vecinos y el buen Juan que me dice: "y si nos echamos un ron mientras te doy unos tips?" y que me siento en el sillón a tomarme la mezcla de alcohol con cocacola y que empieza Juan a bombardearme con preguntas. ¿Y dónde te vas a hospedar? ¿Y cómo vas a llegar al lugar donde es el concierto? Y cuando salgas del concierto... ¿cómo le harás para ir por tus cosas y llegar a tiempo al vuelo? Y yo con una cara de what?! impresionante....
Y es que... cuando me entra la prisa y la euforia por algo, no pienso claro. Bueno, en general no pienso claro pero así, menos!
Y él que es re experto en viajar y particularmente en Londres, me sacó un mapita del metro y me dijo donde estaban localizados mis puntos claves, entramos a hostelworld y buscamos los hostales más cercanos al O2, vimos los horarios de los trenes, las rutas alternas en caso de emergencia... vaya, planeamos mejor la estrategia. ¿Qué diablos haría yo sin gente así?
Volví a mi casa ya con el reloj encima pero también con más noción del viaje.
Mochila, maleta con rueditas, elevador, puerta de cristal, taxi esperando, dos africanas vestidas de colores ocupándolo, le llamo al taxista y contesta el wey que va manejando el taxi donde están las chavas, todos nos damos cuenta de que ése es mi taxi, nos reímos, las chicas multicromáticas se bajan, el taxista pone mi maleta en la cajuela, me subo, maneja, llegamos al aeropuerto...
Por cierto... el ron no me gustaba hasta que probé este, lo recomiendo mucho, se llama Captain Morgan, muy bueno! Sí es como que te vuelves pirata con pata de palo y te emborrachas en un barco en altamar y traes un perico en el hombro...
o habré estado muy ebria....
Febrero 2009