Hay de aviones a aviones. Recuerdo perfecto mi primer rol a la playa así en la onda mochilera, aventurera, con tres pesos en la bolsa, latas de atún reglamentarias robadas de la alacena de mi casa, los pantalones más viejos, equipaje ligero, tienda de campaña en mano (o espalda, según sea el caso) y ganas de ser espontáneo, ir sin rumbo fijo y esas cosas.
Era un diciembre. Todavía iba a la universidad y la vida era bella y rejalada entonces.
La ruta en esa ocasión no fue tan warrior porque iba con una amiga medio fresa de la escuela y mi primo (y primo de todos) Andy y como que querían irse "cómodos", yo dije "ash" pero pagamos por uno de esos Cristobal Colón del DF a Oaxaca que salió en una lana en vez de probar los fabulosos camiones Fletes y Pasajes S.A. re re baras que Manu, uno de mis mejores compañeros en este tipo de rol, nos mostró. El caso es que después tomamos el guajolotero obligatorio desde la terminal vieja de Oaxaca a Pochutla y al final fue más caro y más largo el rol.
Hicimos una escala necesaria en la capital puesto que todo el mes anterior a nuestra partida nos reuníamos en la tarde a hacer flores de papel crepé de esas que parecen hechas con gusanos y que la gente se saca de onda porque no entienden cómo se hacen pero que en realidad es muy fácil... y las vendimos en la ciudad. Hicimos como 60 y a pesar de haber llegado con bien poquito varo, en unas dos horas nos ganamos como 4000 para financiarnos el resto del viaje a la playa.
El resto es historia.
Fue la primera vez en mi vida que comprendí que trotar por el mundo era mi actividad favorita.
Espontaneidad andando. Señoras oaxaqueñas vendiendo quesadillas y comprando flores con fasinación, mezcal y anís en las calles, unos músicos roladores que se nos unieron, santo domingo, tlayudas, pulseritas de barro para conmemorar el viaje, siesta en el parque y la última flor vendida en el mercado. Y luego... el amanecer en la playa!! Podría escribir todo un libro sobre todas las cosas bellas que derivaron de ese único viaje pero sólo pondré algunas fotos de lo que se volvió un portal a la siguiente dimensión: mazunte.
un colado, primo,yo y amiga fresqui-aventurera
punta cometa
Lo recomendable:
1. Vender cosas para un viaje es poca madre... es una manera de compromerte con una actividad para literalmente llegar a alguna parte. Viajar gastándo lo menos, es lo mejor. Hay muchísimas maneras de ahorrar: robar latas de lo que sea de la alacena de casa de la abuela o los jefes es una escencial.
2. Si de ir al sureste mexicano se trata, por Fypsa es lo mejor. La terminal está por el metro Blvd. Puerto Aéreo... ahí por el Sanborns. Hasta la última vez que los usé eran muy baratos (por ejemplo: DF-Tuxtla Gutiérrez $400.00) y además permitían negociar con el chofer a la vuelta de la terminal; además su servicio es increíble: te prestan cobijas apolilladas si te ven que te da frío, puedes subir los pies en alguna caja de cartón y se paran en cualquier gas o pueblo si te dan ganas de hacer pipí, todo eso sin mencionar que las más increíbles conversaciones se dan en estos autobuses y estas rutas.
3. Ver el atardecer en Punta Cometa es algo que se tiene que hacer al menos una vez en la vida.
Oaxaca, Mexico
Diciembre 2003